viernes, 13 de marzo de 2009

Buenos Presagios












Terry Pratchett y Neil Gaiman

Título original: Good Omens
Año de publicación: 1990
Editorial: Norma Editorial
Traducción: María Ferrer
Edición: 1999
Precio: 14 EUR


Hacía un día estupendo.

Como todos los anteriores. Habían pasado bastantes más de siete hasta entonces y la lluvia no se había inventado aún. Pero las nubes que acechaban al este del Edén insinuaban que la primera tormenta estaba de camino, y que menuda iba a ser.

El ángel de la Puerta del Este se cubrió la cabeza con las alas para protegerse de las primeras gotas.

-Perdón -se disculpó amablemente-. ¿Qué decías?

-Decía que uno cayó con todo el equipo ---contestó la serpiente.

-Ah, sí---dijo el ángel, que se llamaba Azirafel.

-A mí me parece un poco exagerado, la verdad -opinó la serpiente---. O sea, con eso de la primera ofensa y demás. Es que no veo qué tiene de malo saber qué diferencia hay entre el bien y el mal.

-Algo malo ha de tener -razonó Azirafel, con ese tono ligeramente preocupado de quien tampoco lo ve y sigue cavilando-, porque de lo contrario tú no habrías tomado parte en ello.

-A mí sólo me dijeron "Sube allá arriba y crea problemas" -protestó la serpiente, que se llamaba Crawly, aunque estaba pensando cambiarse el nombre. Y es que Crawly, ese nombre de reptil adulador, no era él; lo tenía decidido.

-Sí, pero eres un demonio. No creo que te sea posible hacer el bien --dijo Azirafel---. Por naturaleza, vamos. Instinto. No es nada personal, de verdad.

-Pero no negarás que algo de teatro sí que tiene -replicó Crawly -. O sea, señalar el Árbol y decir "No lo toques" en mayúsculas. Muy sutil no es, ¿verdad? O sea, ¿por qué no lo pone en la cima de una montaña o un poco alejado? Para mí que Éste se trae algo entre manos.

-Más nos valdría no especular --dijo Azirafel-. Como siempre digo, no se puede anticipar lo inefable. Lo que está bien es Bueno y lo que está mal es Malo, y punto. Si uno hace algo Malo cuando se le ha mandado hacer algo Bueno, se merece un castigo. Ehm...

Se quedaron sentados en un incómodo silencio, mirando las gotas caer hiriendo las flores tempranas.

Por fin Crawly tomó la palabra. -¿No tenías una espada flameante?

-Ehm... -una expresión de culpabilidad pasó por el rostro del ángel, y volvió para quedarse.

-Sí que tenías una, ¿verdad? -insistió Crawly-. Ardía que daba gusto.

-Ehm, bueno...

-Era impresionante, ¿eh?

-Bueno, sí, pero...

-No me digas que la has perdido.

-No, de ningún modo. Perderla, no la he perdido; más bien...

-¿Qué?

Azirafel parecía desdichado. -Si tanto te importa... -dijo con un asomo de irritación-, la he regalado.

Crawly se le quedó mirando.

-No tenía más remedio -se explicó el ángel, frotándose las manos distraído-. Tenían tanto frío, los pobres... y ella ya está en estado, y con todos esos animales depravados de allá fuera y la tormenta que se avecina pensé que, en fin, que no tenía nada de malo, y les dije oíd, si volvéis por aquí os encontraréis con una discusión tremenda, pero puede que os haga falta esta espada, así que tomad, no os molestéis en darme las gracias, tan sólo haced el favor de marcharos antes de que se ponga el sol.

Sonrió a Craw1y con un gesto preocupado.

-Era lo mejor que podía hacer, ¿no?

-No creo que te sea posible hacer el mal -se burló Crawly con sarcasmo. Azirafel no notó el tono.

-Espero que no --contestó-. Vaya si lo espero. Llevo toda la tarde pensando en ello.

Se quedaron mirando la lluvia un rato.

-Pero lo mejor es -dijo Crawly- que yo también me pregunto si lo de la manzana no será lo bueno. Los demonios se pueden meter en un buen lío si hacen cosas buenas -le dio un suave empujón al ángel-. ¿Te imaginas que hubiéramos metido la pata los dos? ¿Que yo hubiera hecho lo bueno y tú lo malo?

-La verdad es que no ---contestó Azirafel.

Crawly miró la lluvia.

-Ya ---dijo, algo más tranquilo-, ni yo.

Sobre el Edén se cerró un negro telón plomizo. Por encima de las colinas rugían los truenos. Los animales, recién bautizados, temblaban de miedo ante la tormenta.

A lo lejos, allá en el inundado bosque, se veía oscilar entre los árboles un brillo ardiente.

La noche se presentaba oscura y tormentosa.



BUENOS PRESAGIOS



La Narración de Ciertos Acontecimientos ocurridos en

los últimos once años, de acuerdo y en conformidad,

como se demostrará más adelante, con:

Las Buenas y Ajustadas Profecías de Agnes la Chalada

Recopiladas y editadas, con anotaciones de índole Educativa

y Preceptos para los Sabios,

por Neil Gaiman y Terry Pratchett.


DRAMATIS PERSONAE



SERES SOBRENATURALES


Dios (Dios)

Metatrón (La Voz de Dios)

Azirafel (Un ángel y vendedor de libros raros en su tiempo libre)

Satán (Un Ángel Caído; el Adversario)

Belcebú (Otro Ángel Caído y Príncipe del Infierno)

Hastur (Un Ángel Caído y Duque del Infierno)

Ligur (Otro Ángel Caído y Duque del Infierno)

Crowley (Un Ángel que más que Caer, se Dio un Garbeo Calle Abajo)



JINETES DEL APOCALIPSIS


MUERTE (La Muerte)

GUERRA (La Guerra)

HAMBRE (El Hambre)

POLUCIÓN (La Polución)



HUMANOS


No Cometerás Adulterio Pulsifer (Un Cazador de Brujas) Agnes la Chalada (Una Profetisa) Newton Pulsifer (Empleado Administrativo y Soldado Cazabrujas) Anatema Device (Ocultista Practicante y Descendiente Profesional)


Shadwell (Sargento Cazabrujas) Madame Tracy (Jezabel pintada -sólo mañanas, Jueves a convenir- y Médium) Hermana Mary Locuaz (Una Monja Satánica de la Orden de las Parlanchinas de Santa Berilia) El Señor Young (un Padre) El Señor Tyler (Un Presidente de la Asociación de Vecinos) Un Mensajero


ELLOS


ADÁN (Un Anticristo)

Pepper (Una Niña)

Wensleydale (Un Niño)

Brian (Un niño)


Y además un Coro de Tibetanos, Alienígenas, Americanos, Atlantes y otras extraordinarias y singulares Criaturas de los últimos Días.


Y:


Perro (un satánico sabueso infernal y terror de los gatos)

El Anticristo ha venido y nadie sabe cómo ha sido

Los demonios confían el recién nacido a Crowley, que debe cambiarlo por el bebé de un diplomático americano destinado en el Reino Unido (el Anticristo debe ser americano, faltaría mas).

Crowley no está muy entusiasmado. Cuando pasas 6.000 años en la Tierra, le acabas cogiendo cariño al sitio. Crowley confía sus dudas al ángel Azirafel, lo más parecido que tiene a un amigo (militan en filas opuestas, pero no es nada personal). Deciden no tomarse el Apocalipsis demasiado a pecho...

Once años después

Los Ejércitos de la Luz y de las Sombras se preparan para la Batalla Final. Los Cuatro Jinetes cabalgan a su destino. Por todas partes hay signos y presagios.

¡Pero, un momento! Once años antes, una despistada monja satánica se equivocó al dar el cambiazo, de modo que hay un Anticristo por ahí sin control. Las cosas se ponen feas para el pobre Crowley. Cuando sus jefes se enteren de la chapuza... bueno, digamos que el Apocalipsis parecerá un jacuzzi.

Mientras, sólo la joven Anatema Device sabe la que se nos viene encima, gracias al Libro profético de su antecesora Agnes la Chalada. También ella tiene problemas, ya que sus actividades atraen la atención del Ejército Cazabrujas. Claro que sólo consta de dos unidades, el excéntrico Sargento Cazabrujas Shadwell, y el Soldado Cazabrujas Newton Pulsifer, un administrativo londinense más bien apacible. Pero por una ironía del destino, Newton es descendiente de No Cometerás Adulterio Pulsifer, el cazador de brujas que mandó a la hoguera a Agnes la Chalada...

Y el niño de once años Adam Young (El Adversario, Destructor de Reyes, ángel del etc., etc.) juega tranquilamente con sus amiguitos, no lejos de la casa de Anatema Device.

Cuando los caminos de todos se crucen, se va a armar la gorda....

Dos talentos tan dispares como Terry Pratchett, el escritor de fantasía heroico-humorística más descacharrante de las Islas Británicas, y Neil Gaiman, escritor con profundos conocimientos sobre esoterismo y quizás el mejor guionista de comic de las Islas Británicas, se han unido en un pacto (¿diabólico?) para producir la novela más divertida del mundo sobre el fin del ídem. Y el resultado es un libro donde hormiguean ángeles, demonios, ejecutivos agresivos, cazadores de brujas, jinetes del Apocalipsis, un sabueso demoníaco, una profetisa del siglo XVII y su descendiente de hoy, una pitonisa de día y ama dominante que impone estricta disciplina de noche (excepto los jueves), monjas satánicas de la Orden Parlanchina de Santa Berilia... amén de tibetanos, alienígenas, atlantes, americanos y otras extrañas y singulares criaturas.

“El Apocalisis es inminente. Cielo e infierno se preparan para el Armagedón...

Lluvia de peces, ríos convertidos en sangre, mares hirviendo, estrellas cayendo sobre la tierra, un grupo de extraterrestres con un mensaje de paz mundial y unos túneles tibetanos apareciendo en el jardín…

Ya sabes, todo ese rollo sobre el Fin del mundo…

… Será el sábado, después de la hora del té.”

Absolutamente recomendable. No hace mucho que me lo he leído (no llega a las dos horas xD).



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